ENARD - Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo
G-SE- Información y Capacitación en Ciencias del Ejercicio y Salud.
ARTICULOS ORIGINALES
Ruiz, Gustavo.
Magister en Psicología aplicada al Deporte. Especialista en Alto Rendimiento.
Gioia, Fabiana.
Lic. en Psicología.
ABORDAJE DE LAS VARIABLES PSICOLÓGICAS INTERVINIENTES EN EL
REGRESO AL ENTRENAMIENTO DE DEPORTISTAS DE ALTO RENDIMIENTO.
Address of the psychological variables involved in the return to training of high
performance athletes.
Resumen.
El deporte de alto rendimiento exige a los deportistas que exploten sus recursos al
máximo. La disminución en el rendimiento físico y técnico junto con la inestabilidad
emocional producida durante el periodo de cuarentena necesita ser niveladas al
máximo en el menor tiempo posible. La competición, es una fuente poderosa de
activación psicofísica, y, eventualmente de estrés, haciendo que el dominio de esta,
sea un concepto clave en el desarrollo de los deportistas, que hoy presentan una difícil
situación al buscar reintegrarse a la actividad con valores aceptables de sus aptitudes
y acordes al desempeño en el alto nivel. Generar un equilibrio en la búsqueda del nivel
pretendido de cada deportista será el desafío. Aquí las claves para abordarlo.
Palabras Claves: Aislamiento, estrés, variables psicológicas, entrenamiento.
Abstract.
High-performance sport requires athletes to exploit their resources to the fullest. The
decrease in physical and technical performance along with the emotional instability
produced during the quarantine period needs to be leveled to the maximum in the
shortest possible time. Competition is a powerful source of psychophysical activation,
and eventually of stress, making the mastery of it, a key concept in the development of
athletes, who today present a difficult situation in seeking to reintegrate into the activity
with acceptable values of their abilities and in line with performance at the high level.
Generating a balance in the search for the intended level of each athlete will be the
challenge. Here are the keys to addressing it.
Keywords: Isolation, stress, psychological variables, training.
____________________________________________________________________
PRESENTACIÓN.
En enero de 2020, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) declaró el
brote epidémico de una nueva
enfermedad originada por un virus a la
que se llamó Coronavirus, cuyo origen
se ubicó en la provincia de Hubei,
China, declarando la emergencia
sanitaria a nivel internacional y el
consecuente riesgo de propagación de
la enfermedad a todo el mundo. El 11
de Marzo de 2020, la OMS manifiesta
abiertamente la preocupación por la
propagación y gravedad del brote y
evalúa al Covid-19 como una
Pandemia
Declarada la situación de Pandemia
por Covid-19, el Gobierno Argentino
declara la cuarentena obligatoria a
partir de las 0 hora del 20 de Marzo de
2020, situación que actualmente
continúa con algunas modificaciones.
La declaración de Pandemia y la
estricta restricción obligatoria y
REPENTINA a las actividades
cotidianas no fue sin consecuencias, a
nivel social, económico y por supuesto,
la esfera psicoemocional no queda
exenta de esto, fundamentalmente por
la imposibilidad de ser anticipado.
Surge a partir de este hecho, instancias
que no habían sido planificadas y otras,
ni siquiera pensadas.
Toda esta situación, nueva e
inesperada, produjo una alteración
importante en la planificación de la vida
en general y de las actividades
particulares de todas las personas, no
siendo los deportistas un grupo
excluido de esta realidad. Esta
situación obligó a detener
momentáneamente las actividades de
preparación, entrenamiento e
intervención en competencias,
entrenando el área física y técnica del
deporte desde los lugares de
residencia de manera rudimentaria,
con pocos elementos apropiados para
los entrenamientos o prácticamente sin
elementos.
Algunos deportistas
dispusieron de un espacio razonable
para la actividad y otros no, algunos se
encontraban acompañados y otros
viviendo el confinamiento en soledad.
Esta realidad, determinó la alteración
de los objetivos programados.
Esta modificación no sería sin
consecuencias sobre la motivación de
los deportistas, la cual debe estar
encuadrada en un proceso, que en las
condiciones dadas, se encuentra
alterado. Dicha alteración presupone la
aparición de inestabilidad emocional,
no solamente por la suspensión en la
actividad programada para cada
deportista en su disciplina, sino por el
contexto real e imaginario que la
pandemia y el aislamiento obligatorio
genera en todo sujeto. La incertidumbre
sobre la situación social, económica y
epidemiológica que se atraviesa, la
ansiedad que estas instancias generan
en cada persona, el alejamiento del
contexto social y familiar, el aislamiento
real del contacto con otros
significativos, la inseguridad sobre las
condiciones de regreso a la actividad,
hasta el fantasma del contagio, de la
enfermad e incluso de la muerte,
marcan un punto de inflexión a partir
del cual existe un antes y un después
para los deportistas, sus
entrenamientos y participación en las
competencias.
El principal factor que se genera en
situaciones como las descriptas
anteriormente, se encuadran dentro de
lo que se conoce como estrés, definido
según la OMS, como la reacción
psicofisiológica del organismo en el que
entran en juego diversos mecanismos
de defensa para afrontar una situación
que se percibe como amenazante o de
demanda incrementada.
El estrés es
una respuesta natural y necesaria para
la supervivencia, pero cuando esa
respuesta natural se da en exceso se
produce una sobrecarga de tensión que
repercute en el organismo y en la
psiquis.
El tipo de respuesta que cada
individuo genera es una forma
particular de afrontar y adaptarse a las
diversas situaciones y demandas que
se presentan, siendo en términos
generales una respuesta que aparece
cuando se percibe que los recursos no
son suficientes para afrontar
determinada situación.
Si bien es cierto que un aspecto del
estrés (Eustres) motoriza y activa la
vida misma de todo ser humano
generando respuestas adaptativas,
motivación y alcanzando el logro de
objetivos planteados, existe otro
aspecto (Distres), que funciona de
forma contraria al anteriormente
descripto. El estrés está condicionado
por tres variables: el medio externo (la
situación), las preocupaciones o
percepción personal de la situación y
las respuestas que se dan a ellas.
Tiene un gran componente subjetivo
sostenido en parte por lo que el
deportista percibe de su capacidad de
respuesta y la duda sobre la
disponibilidad de recursos para hacer
frente a las exigencias de la actividad y
las demandas del ambiente.
Aunque no se puede comparar con
ninguna situación vivida con
anterioridad, sí, se sabe que en
periodos de aislamiento son frecuentes
las reacciones de ansiedad,
irritabilidad, nerviosismo, confusión,
miedo, o culpa. En algunos casos, esto
puede llevar a insomnio, dificultades de
concentración, pérdida de eficacia en el
trabajo y, a largo plazo, a síntomas de
depresión pudiendo causar un
desequilibrio de los circuitos
neuronales que favorece la cognición,
la toma de decisiones, la ansiedad y el
estado de ánimo con el aumento o la
disminución de la expresión de los
comportamientos. Este desequilibrio
afecta a la fisiología sistémica a través
de mediadores neuroendocrinos,
autonómicos, inmunes y metabólicos.
De esta manera la cuarentena obligada
por la pandemia del Covid-19 se
convierte en el punto de inflexión,
siendo su consecuencia el estrés
generado en la población, con sus
consecuentes manifestaciones físicas,
psíquicas y sociales, de la cual no
están exentos los deportistas.
Este cambio brusco e inesperado, tuvo
consecuencias sobre la realidad de los
deportistas en sus expectativas de
autoeficacia y la incertidumbre que
produce retomar la actividad en el alto
nivel, mediatizada en el contexto
descripto.
Por lo expuesto hasta este punto,
cuando se habla de estrés se puede
afirmar que es una respuesta del
organismo de carácter adaptativo a
determinadas situaciones.
Es bien
sabido que los deportistas de elite
están acostumbrados a lidiar bajo
situaciones de estrés antes, durante y
después de la competencia. Aun así,
se podría suponer que aquellos
recursos internos y externos que le
permiten afrontar el estrés desde lo
deportivo, para algunos no son
suficientes a la hora de afrontar el
confinamiento y la pandemia. En
relación a este punto, el deportista
durante una competencia podría
frustrarse tras un error, perder la
concentración y por ende sentirse
afectado en las estrategias de
afrontamiento que debe asumir,
pudiendo esta situación, elevar el nivel
de ansiedad disminuyendo su
rendimiento. A diferencia de lo
anteriormente planteado, esta situación
novedosa y repentina de aislamiento
obligatorio, no solo altera parte del
entrenamiento invisible (sueño, tiempo
de ocio, nutrición), sino también, el
entrenamiento habitual físico, técnico y
táctico, obligando a desencadenar una
serie de respuestas que ante esta
repentina situación muchos atletas no
saben como afrontar.
El aislamiento obligatorio, no sólo
genera la emergencia de estrés como
estado resultante, sino que además
altera el proceso de motivación, el cual
se ve resentido al caer los objetivos
asumidos en la planificación del año, la
autoconfianza se ve afectada debido a
que las expectativas de eficacia,
aquello que espera de sus capacidades
y habilidades, son inciertas por la
anormalidad en la manera de entrenar
y la falta de competencia habitual que
cada atleta tenía programada.
Se
suma a la situación de pandemia y
aislamiento social obligatorio, el hecho
de haber sido el año 2020 un año
olímpico y de clasificaciones al mismo,
lo que profundiza aún más la
incertidumbre, con el correlato
esperable de aumento de la ansiedad
y estrés.
Un individuo resistente a un tipo de
estímulo estresante puede ser
vulnerable a otro. Más interesante aún,
un perfil de respuesta resistente en un
contexto ambiental determinado, puede
activar condiciones de vulnerabilidad
en otro. Por lo tanto, los sistemas que
ajustan la capacidad de respuesta
dependen también de la sensibilidad al
contexto.
Según Richard Lazarus, psicólogo
norteamericano, las personas sufren
estrés cuando creen que carecen de
las herramientas para afrontar una
situación difícil, pero no, si creen que
tienen los recursos necesarios para
hacerle frente. Lazarus planteó dos
tipos de Biología en la tríada
Comportamiento–Estrés-afrontamiento:
en uno, la persona enfrenta
directamente el problema que está
viviendo (afrontamiento dirigido al
problema), y en el otro, trata de
minimizar el estado emocional sin
enfrentar el problema que lo genera
(afrontamiento dirigido a la emoción).
Lazarus y Folkman (1986), plantean
que los factores personales (creencias,
compromisos y recursos) influyen en la
evaluación cognitiva y, por
consiguiente, determinan las
reacciones emocionales y estrategias
de afrontamiento que posee el
individuo y que serán la base para
evaluar los resultados obtenidos. No
obstante, los factores personales no
son suficientes para explicar el proceso
de evaluación cognitiva, puesto que
actúan de forma independiente
respecto de los factores situacionales
para determinar el grado de amenaza o
desafío de la situación. Dependiendo
de la intensidad, predictibilidad y
recurrencia del estresor, las respuestas
de los individuos pueden ir desde
tolerancia y evitación del estresor a
nivel individual a la rápida aparición de
nuevos rasgos o extensión a nivel
poblacional.
En párrafos anteriores, quedo
claramente establecido que el estrés
(Distres), ocurre cuando los cambios en
el medio externo o interno son
interpretados por el organismo como
una amenaza a su homeostasis. La
habilidad del organismo de ejecutar la
respuesta apropiada a cambios
ambientales potencialmente
estresantes requiere del correcto
reconocimiento del cambio ambiental y
la activación de la respuesta de estrés.
La habilidad de eliminar el estresor
activamente mediante la relocalización
o la evitación requiere la evolución de
una habilidad para detectar o anticipar
los cambios estresantes y el
conocimiento o memoria de las
estrategias o ajustes exitosos para
evitarlos.
Así, la evolución de estas estrategias o
ajustes se da cuando los eventos
estresantes son predecibles,
prolongados y frecuentes en relación a
los tiempos de los individuos.
Cuanto más predecible sea el evento
estresor menor respuesta desajustada
desencadenará. El hecho de tener la
capacidad de controlar la ocurrencia de
un hecho reduce la respuesta al estrés.
La sensación de que las cosas están
empeorando aumenta la respuesta al
estrés, mientras que la sensación de
que la situación mejora o puede ser
controlada, disminuye este tipo de
respuesta y facilita una adecuada.
A
partir de lo expuesto, podría decirse
que existen factores psicológicos que
pueden disparar la respuesta de estrés
por si mismos o hacer que otro estresor
parezca más estresante: la pérdida de
control o predicción, la imposibilidad de
descargar la frustración, la falta de red
de contención social o la sensación de
que las cosas están empeorando
aumentan la respuesta desajustada de
estrés.
Algunas personas poseen la capacidad
de modular la emergencia de distres,
otras personas no lo logran.
Para el
psicólogo norteamericano Richard
Davidson, esto se debe a diferencias
en el llamado “estilo afectivo”
(reactividad emocional). Según las
investigaciones de Davidson hay dos
componentes del circuito de la emoción
que están implicados: la corteza
prefrontal y la amígdala. Cada una de
ellos cumple una función en el
procesamiento afectivo: la corteza pre
frontal actúa en la regulación de la
respuesta emocional, y la amígdala
interviene en el aprendizaje de
asociaciones entre un estímulo y una
amenaza y la expresión de miedo ante
un estímulo específico. Las diferencias
individuales en la activación y la
reactividad de este circuito tienen una
función importante en el dominio de
diferentes aspectos de la ansiedad. El
tiempo de respuesta emocional es una
de las claves en las diferencias
individuales con respecto a la
propensión a la ansiedad que es
regulado por este circuito. Los altos
niveles de ansiedad son claves para
desencadenar una respuesta al estrés
psicológico. A cada persona le afectará
en función de muchos factores
individuales y del modo en que cada
cual pueda afrontar situaciones de
estrés, soledad, angustia y pérdida.
El regreso a los entrenamientos supone
por sí mismo un objetivo, teniendo en
cuenta la cantidad de días donde no
pudieron realizar el entrenamiento
adecuado. En esto coinciden todos los
deportistas… “la vuelta per se, genera
ganas, motivación, una rara mezcla de
querer volver y no saber cómo me
encontraré física, técnica y
psicológicamente”.
A raíz de estas circunstancias, y en
función de articular la teoría con la
práctica clínica con los deportistas y
demostrar la validez del planteo, se
hizo un relevamiento sobre el regreso
a los entrenamientos y la competencia
de los deportistas, como dimensión a
ser estudiada, luego de varias semanas
sin la preparación correspondiente.
Las
variables consideradas e incluidas en
esta dimensión fueron planificación de
objetivos, motivación intrínseca
orientada a la tarea, gestión emocional
-en la que se incluirán puntualmente las
variables ansiedad, miedo y estrés-,
expectativas de autoeficacia y
afrontamiento estratégico.
Se trabajó en una muestra de 47
atletas de elite, compuesta por 26
mujeres y 21 hombres, Argentinos,
algunos de ellos residiendo
actualmente en Francia, España, Italia,
y USA, y el resto en la República
Argentina.
El testeo fue realizado sobre
la muestra mencionada y tomado luego
de 55 días de aislamiento obligatorio
segmentado según el País, de la
siguiente manera: Argentina, con
comienzo el 20/03/2020 al 15/05/2020;
España desde el 15/03/2020 al
10/05/2020; Italia desde el 09/03/2020
al 03/05/2020; Francia el 17/03/2020 al
10/05/2020, EEUU, Florida del
02/04/2020 al 02/05/20202
.
Se administró un cuestionario de 3
preguntas cuyo objetivo fue determinar
las variables mas preocupantes para
los atletas y las situaciones a tener en
cuenta para el regreso a la práctica
deportiva.
Los datos obtenidos revelan que el
estrés, la incertidumbre, la ansiedad, el
miedo y la sorpresa, son las
principales variables identificadas por
los deportistas que generan mayor
preocupación.
Las situaciones que surgieron con un
grado de preocupación importante para
los deportistas, ante la instancia de
regreso a la práctica deportiva son:
gestión de emociones derivadas del
Estrés; control de la ansiedad en lo
que respecta al manejo de
pensamientos negativos,
reconocimiento del estado de
preocupación y nerviosismo ante las
expectativas de logro; tolerancia y
manejo de la frustración ante el estado
físico y técnico actual; baja expectativa
de autoeficacia; capacidad de
afrontamiento estratégico, aplicar
herramientas efectivas ante
situaciones-problemas; los procesos de
puesta a punto físico y técnico;
replantear objetivos reales; orientar la
motivación a la tarea, temor a
lesionarse, y comunicación eficaz con
entrenadores y staff técnico.
fueron los existentes a la fecha de elaboración
del trabajo.
La información obtenida de los atletas a
través del testeo realizado, da cuenta
de que todas las variables que generan
preocupación y las situaciones que
surgirán al momento de regreso al
entrenamiento, son indefectiblemente
factores generadores de distres; que a
su vez, repercuten sobre los
deportistas afectando su rendimiento.
La posibilidad que cada atleta tenga de
poder trabajar y controlar las variables
estresoras redundará en el
afrontamiento efectivo de las
situaciones planteadas como
problemáticas al momento del regreso
a la actividad.
La teoría de la autoeficacia de Albert
Bandura refiere que en el terreno
deportivo no es suficiente que el
deportista tenga capacidad para
conseguir un buen rendimiento en su
deporte sino que además, debe querer
conseguirlo y creer que posee la
capacidad para ello. La aproximación
cognitiva en el estudio de la motivación
de logro asume que en el esfuerzo por
lograr un objetivo, intervienen una serie
de mediadores cognitivos entre los que
la autoconfianza o percepción que el
deportista tiene sobre su habilidad
ocupa, un lugar central.
El aspecto más importante de la
confianza no es que el deportista crea
ciegamente que tendrá éxito, sino que
tenga la convicción de que posee los
recursos necesarios para afrontar los
retos a los que se enfrentará con
posibilidad de éxito y superar las
dificultades que se presentaran.
El concepto de autorregulación se
encuentra estrechamente vinculado al
concepto de afrontamiento. Este se
define como el conjunto de respuestas
que el individuo ejecuta con el objeto
de reducir, controlar o neutralizar la
calidad aversiva de una situación
demandante, intentando restablecer el
equilibrio para adaptarse a la nueva
situación.
Todas las personas cuentan con una
serie de esquemas que permiten
seleccionar, organizar y categorizar los
estímulos de tal forma que sean
accesibles y tengan un sentido; a su
vez, posibilitan identificar y seleccionar
las estrategias de afrontamiento que
serán llevados a la acción. Los
esquemas son adaptativos y toman su
forma mediante las relaciones que las
personas establecen con el medio, a
partir de allí y de los determinantes
genéticos se constituyen las pautas
propias de los mismos.
La manera en la cual se interpretan las
situaciones delimita el funcionamiento
propio, estando esta interpretación
condicionada por la predisposición
psicológica.
Se consideran a
continuación, dentro del planteo
propuesto, variables emergentes del
estudio
Replanificar objetivos, implica
determinar objetivos diarios sobre
situaciones puntuales a mejorar, desde
el área física, (resistencia, fuerza, etc.),
técnica, (ajustar movimientos de
ejecución), y psicológica (reconstruir la
confianza, ajustar la atención-concentración y el manejo de las
emociones).
La emoción es la respuesta orgánica
compleja que se genera para la gestión
de un objetivo, una necesidad o una
motivación, en la que se combinan
aspectos fisiológicos, sociales y
psicológicos que se encuentran
íntimamente unidos. Estos aspectos
están determinados por indicadores
como la ansiedad cognitiva
(preocupación, nerviosismo, inquietud),
frustración (no estar en la forma que se
espera), miedo (temor a lesión,
disminución de rendimiento) y estrés
(no responder física, técnica y
psicológicamente a las demandas del
medio). Controlar las expectativas de
autoeficacia, ser conciente de aquello
que se espera, no apresurar los
tiempos, saber que el proceso de
volver es personal, llegar al objetivo
dependerá de la inteligencia para
manejarlo, utilizando técnicas de
afrontamiento estratégico, ante
aquellas situaciones que se presenten,
especialmente las inesperadas.
La Teoría de la motivación intrínseca–
extrínseca de Deci y Ryan, refiere que
el comportamiento humano estaría
motivado por tres necesidades
psicológicas primarias y universales:
autonomía (que sea la persona quien
tome la iniciativa), competencia (ser
competente en el entorno que lo rodea)
y relación con los demás (sentirse
aceptado e intimar con los demás), la
satisfacción de estas necesidades es
esencial para el desarrollo de la
motivación y del bienestar psicológico.
La motivación es un proceso dinámico
que responde al “porqué” de lo que se
hace.
Queda demostrado que “pandemia”–
“cuarentena”–“estrés”– “retorno al
entrenamiento” –“competencia”–
“éxito/fracaso” constituyen eslabones
de una misma cadena, donde cada uno
queda determinado por el anterior y el
posterior indefectiblemente.
La presencia o ausencia de las
variables va a depender de las herramientas o recursos con los que
cuenten cada deportista y el tejido
social en el que esté inmerso
La
pandemia y el aislamiento social
obligatorio son una realidad, y el estrés
producido por esto junto a sus
consecuencias, exige estar preparado y
trabajar esos aspectos fundamentales
para atravesar el proceso
exitosamente.
Finalmente, se plantea la necesidad de
asesorar y orientar a los deportistas en
su regreso a la actividad, entendiendo
a partir de lo expuesto, la necesidad de gestionar las emociones y
brindar los recursos necesarios para su
afrontamiento de manera de reducir
riesgos y consecuencias en lo físico y
psicológico.
Referencia Bibliográfica.
Bandura, A. (1987). Teoría del aprendizaje social. España: Editorial Espasa
Universitaria, pp. 3245.
Buceta, J. (1998) Psicología del entrenamiento deportivo. Ed. Dykinson. Madrid,
España.
Deci, E. L.,& Ryan, R. M. (1985). Instrinsic Motivation and human behavior. New York.
Plenum.
Lazarus, R. y Folkman, S. (1986): Estrés y procesos cognitivos. Barcelona: Ediciones
Martínez Roca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.